Fotos: Rosa Cervera
El polideportivo Virgen de Navalazarza (Superficie: 2500 m2) se ha proyectado como un gran contenedor de aproximadamente 45mx45m, con dos pistas, una de mayor tamaño para deportes varios, y otra menor de gimnasia, además de vestuarios y almacenes. El pabellón se encuentra semienterrado aprovechado la pendiente de la parcela. De esta manera el patio existente del Colegio queda al mismo nivel que la cota superior de la cubierta sobre la pista de gimnasia. La cubierta es transitable para que sirva de pista polideportiva exterior y espacio de recreo.
El uso por una población infantil y juvenil y la especialización en baloncesto y gimnasia rítmica como principales actividades nos llevó a pensar en el color como elemento protagonista del lenguaje. Las atractivas cintas utilizadas por las gimnastas de rítmica nos inspiraron la idea de banda envolvente del pabellón. Un acabado de chapa perforada en rojo o en azul, según fachadas, recorre en toda su longitud las zonas sólidas de la parte baja del edificio, bien sean de muro de hormigón en las zonas bajo tierra o de ladrillo. El color, que nos lleva también al esplendor de la naturaleza, ofrece contraste al carácter neutro de los paneles sándwich y de policarbonato celular que cierran la parte superior de las fachadas. El tono gris muy claro de los primeros y el translúcido de los segundos dialogan con la franja de vivos colores poniéndose en valor mutuamente.
La disposición de los paneles ciegos y de los permeables a la luz ha venido determinada por el sol y su recorrido, a fin de obtener la máxima iluminación y el menor deslumbramiento en las pistas. Así, el policarbonato constituye el cerramiento de la fachada norte y de la parte superior de las fachadas este y sur. Y el sándwich cierra las fachadas oeste en su totalidad sobre la zona enterrada y las este y sur en su franja central. De este modo se consigue una atmósfera idónea para la práctica del deporte con una amable, difusa y homogénea iluminación natural.
El terreno de gran pendiente y la necesidad de dar servicio tanto al colegio Virgen de Navalazarza, para uso escolar, como a la ciudad nos llevó a generar dos niveles de acceso. Desde la calle la entrada se produce a la cota cero y desde el centro escolar se accede por una plataforma intermedia que conecta con el patio de juegos de éste. La comunicación entre los dos niveles se realiza mediante una escalera metálica exenta que se convierte en elemento protagonista y semi escultórico del diseño.
La espera de los jóvenes deportistas puede tener lugar tanto en el área al aire libre ubicada en la entrada a cota de calle, como en la plataforma elevada sobre el bloque de almacenes. Desde esta plataforma, se ofrece una vista privilegiada de los deportistas a través de un amplio ventanal destacado en la fachada sur.
El volumen, parcialmente enterrado debido al pronunciado desnivel del terreno, exhibe su presencia de manera más imponente y destacada en la esquina que se orienta hacia la zona más concurrida del centro urbano.